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¿Agridulce reincidencia?

abril 15, 2013

Julio José Orozco
Abogado Comercialista de la firma OROZCO Legal & Co.
www.orozco.legal
j.orozco@orozco.legal

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Diario LA REPÚBLICA / Asuntos Legales

Antecedentes: El principal y obvio indicio que le permite a la Superintendencia de Industria y Comercio sospechar sobre la presunta fijación del precio del azúcar, por parte de los Ingenios, es que ya fueron procesados y sancionados por fijarle el precio a su materia prima: la caña.

En una columna de Febrero del 2010, publicada en este mismo medio, la que titulé “Agridulce Incompetencia”, analizamos la sorprendente sanción que impuso la Superintendencia de Industria y Comercio, contra los Ingenios Azucareros, por la anticompetitiva práctica de fijarle el precio a la caña; multa con la que se les castigó al habérseles probado un doloso y coordinado ánimo de mantener el costo de dicha materia prima a la baja. Tres años después, la autoridad reguladora de la libre competencia en Colombia, anuncia que es muy probable que la Industria Nacional del azúcar haya también pactado la fijación del precio de ésta, lo que confieso, no me llama esta vez a sorpresa alguna. Cómo podría no estar lo primero relacionado con lo segundo?

Por su parte, ASOCAÑA ha salido en defensa pública de sus agremiados argumentando que existen intereses oscuros de terceros, cuya rastrera pretensión es la de facilitar la importación del azúcar refinado a precios de competencia lesivos para los intereses de la economía nacional y que, además, lejos de existir material probatorio contundente que les incrimine, lo que existen son malintencionadas suposiciones que impulsan el actuar de la Superintendencia. Pero como el debate jurídico se ha de encapsular en las instancias propias al interior de la entidad gubernamental, titular de la potestad sancionatoria contra oligopolios y monopolios, propongo que en estas cortas líneas identifiquemos a la luz de sus antecedentes y de las normas el porqué de la ilegalidad de la fijación de precios.

Para hacerlo, como primer derrotero les invito rememorar al economista John Maynard Keynes, por cuanto fue quien demostró la necesidad de la intervención del estado en las economías para, -a través del gasto público como detonante incentivador del consumo-, propender por unos mejores índices de empleo. Así, es de vital importancia que el estado permita los ajustes y desajustes de los precios de los productos al vaivén de dicho gasto público, pero no a la voluntad de la burguesía productiva. En resumen, si en las democracias modernas fuese permitida la coordinación para fijar precios, dichos estados sufrirían un descontrol exagerado en su gasto público y, matemáticamente, los índices de su economía se irían a pique, con la consecuencial inestabilidad política y social sobreviniente.

Como segunda opción les conduzco hacia la valoración subjetiva de la conducta, pues la fijación de precios implica una manifestación de voluntad coordinada entre productores que sin duda lleva consigo la mala fe. Nótese que no puede existir una coordinación para fijarle un precio a un producto, que no provenga del gobierno, si la intención no es otra que la de construirle una barrera de entrada a competidores futuros para a su vez asegurarse unos respectivos ingresos y exclusividad.

Pero, podremos esperar de la Superintendencia de Industria y Comercio un oscuro y subjetivo tinglado frente a los Ingenios Azucareros en este segundo round, como lo teme ASOCAÑA? El reto en esta oportunidad es mayúsculo. Ya se dio una fuerte “pela” el ente estatal cuando descubrió que los lecheros hacían pasar el lactosuero como leche entera; tamaña barbaridad! y le espera una tarea enorme cuando inicie las indagaciones que han solicitado diversas voces autorizadas desde el Congreso de la República en tratándose del presunto cartel de precios existente en el servicio de crédito ofertado por la Banca Nacional. Recordemos, apreciados lectores, que el interés es el “precio de un crédito”, lo que sin duda autoriza a la Superintendencia a investigar la denunciada conducta.

Ilustrará mucho y alimentará la doctrina lo que llegue a suceder con la Industria Nacional del Azúcar, que pese a contar ya con bajas calificaciones, le lamentamos hoy su comportamiento como una “agridulce reincidencia”.

Julio José Orozco O.
OROZCO Legal & Co.
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