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Habemus Vexator!

febrero 4, 2011

Julio José Orozco
Abogado Comercialista de la firma OROZCO Legal & Co.
www.orozco.legal
j.orozco@orozco.legal

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Diario LA REPÚBLICA / Asuntos Legales

La palabra prosecutor, -que en español significa perseguidor-, proviene primitivamente de la expresión latina vexator, que antes de la consolidación del imperio romano, identificaba a todo aquél que empleaba de forma amenazante un látigo, desenfundaba decididamente una espada, o ejecutaba a otro ser humano en la horca. Estos vexatores, verdugos o vengadores, muchas veces justicieros de una causa, terminaron por inspirar muchos siglos después la institución que conocemos hoy como la Fiscalía. Los estados de derecho modernos necesitan de una figura que emprenda sin vacilación la persecución de las injusticias y de los delitos.

Sólo unas semanas atrás celebramos la elección por parte de la Corte Suprema de Justicia de la nueva Fiscal General de la Nación, posesionada hace poco, y aunque el anterior Fiscal General se empleó a fondo para no permitir que la interinidad desgastase el vigor de dicha institución, si le trae mucha tranquilidad al país una Fiscal General en propiedad. Los retos que enfrenta la Dra. Viviane Morales no son pequeños, pero al rompe, luce y sobresale su talante, con importantes y precisas consideraciones sobre temas actuales del trasegar de la justicia criminal.

Primero: Debe defender a ultranza la permanencia del sistema penal acusatorio, que pese a los pesimistas pronósticos de muchos operarios y juristas, -quienes definitivamente se negaron a comprenderlo-, se presenta como el más grande avance de nuestra sociedad en materia judicial. Es cierto que el déficit presupuestal que agobia hoy a la rama, y en especial a la institución es alarmante, pero en la medida de sus resultados, la nueva Fiscal se verá autorizada para hacerlo evidente, y demandarlo del congreso y del gobierno. Un billón de pesos anuales parecerían a vuelo de pájaro como suficientes, pero es verdaderamente enjuto dicho monto cuando esa misma suma es la que se incautan las autoridades, en pocos días y en efectivo, en automóviles a la mafia en Bogotá. Para bien de la institución, se ha designado al Dr. Juan Carlos Forero como Vicefiscal, eminente jurista, catedrático, conocedor y defensor de la nueva metodología, y quien ha denunciado en varios escenarios estas necesidades inmediatas.

Segundo: Los sonados casos de Agro Ingreso Seguro, Yidispolítica, Chuzadas y Cartel de Contratación en Bogotá, aunque merecen toda la agilidad, no pueden soslayarle importancia a la necesidad que tiene Colombia de agotar para bien la Ley de Justicia y Paz, que pese a múltiples dificultades, logró en beneficio de la sociedad la desmovilización de más de 10,000 delincuentes. Llegó la hora de rematar dicha tarea, bastante anquilosada en la administración anterior.

Tercero: La gerencia efectiva de la que habla enbuenahora la nueva Fiscal General de la Nación, debería traducirse en parte en un fortalecimiento de la Oficina de Veeduría y Control Disciplinario Interno, al ser ésta la espina dorsal garante del buen comportamiento de los funcionarios. Una sede física nueva, independiente y moderna para el -CTI- Cuerpo Técnico Investigativo y el fortalecimiento en personal criminalístico, serían también logros excepcionales; el Dr. Alfonso Gómez Méndez, Ex Fiscal, manifestó siempre que la Fiscalía General de la Nación poco podría lograr a futuro si el componente investigativo no se fortalecía en favor del componente instructivo. Hoy por cada Fiscal, hay 0.3 investigadores a su servicio, lo que es por lo menos absurdo.

Cuarto: Debe la nueva Fiscal General de la Nación encausar la implementación del Principio de Oportunidad para bien del estado de derecho, y no para bien de la delincuencia. La utilización de este principio ha traicionado en varias oportunidades la esencia del nuevo sistema penal, como se explicó en una columna anterior en este mismo diario.

Quinto: La redistribución de funciones de Policía Judicial, tomando más en cuenta a la DIAN, DAS, ejército y policía, pareciera remediar el desordenado impulso que se evidencia en la persecución de las BACRIM; es cierto que son un indeseado resultado del proceso de desmovilización de las autodefensas, pero con direccionamiento estratégico desde el despacho de la Fiscal General, seguramente su judicialización será más apresurada.

Julio José Orozco O.
OROZCO Legal & Co.
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